Molly, la poni

La idea de establecer una Asociación sin ánimo de lugro, nació cuando conocimos a una segunda Molly, la poni.

Molly era una poni de 28 años.

Nuestros perros nos hicieron notar su presencia detrás de una valla cerrada. Cuando miramos por encima de la valla, apenas podíamos creer lo que veíamos. Había una poni en estado terrible, con el ojo infectado y heridas profundas. Tras varias gestiones pudimos sacarla de allí y el veterinario vino corriendo a atenderla. Resultó que la mitad de su cabeza, un ojo y sus piernas se estaban pudriendo porque un perro grande la había mordido varios días antes y las heridas no habían sido tratadas. Hicimos todo lo que pudimos para ayudarla. Incluso la ingresamos en el hospital de animales. Desafortunadamente, Molly no sobrevivió.

Tenemos más fotos de Molly, pero son demasiado desagradables para publicar.

Como Molly tenía un chip, sabíamos su nombre.
¡Qué casualidad que su nombre fuera igual al de nuestra burrita!
Gracias a esta dulce poni, Molly, hemos dado el último paso para constituir la asociación, que debe su nombre en parte a ella.